Ultimátums a Alemania, tras invadir Polonia, 1939

El ultimátum francés a Alemania, 3 de septiembre de 1939

Tropas alemanas pasan la frontera polaca

«Excelentísimo Señor:

No habiendo recibido el 3 de septiembre a las 12 horas del mediodía, ninguna respuesta satisfactoria del gobierno del Reich al escrito que entregué a V.E. el 1 de Septiembre, a las 22 horas, tengo el honor de comunicarle, por encargo de mi gobierno, lo siguiente:

El gobierno de la República Francesa considera su deber recordar, por última vez, la grave responsabilidad que ha tomado sobre sí el gobierno del Reich al haber abierto las hostilidades contra Polonia sin declaración de guerra y no haber aceptado la proposición de los gobiernos de la República Francesa y de Su Majestad británica de suspender toda acción de ataque contra Polonia y declararse dispuesto a una retirada inmediata de sus tropas de territorio polaco.

El gobierno de la República tiene por ello el honor de poner en conocimiento del gobierno del Reich que se ve obligado desde hoy 3 de Septiembre, a las 17 horas, a cumplir las obligaciones contraídas por Francia con Polonia en el Tratado Franco-Polaco y que el gobierno alemán conoce».

Coulondre, Embajador de Francia en Berlín

El ultimátum británico a Alemania, 3 de septiembre de 1939

«Excelentísimo Señor:

En el comunicado que tuve el honor de dar a conocer a V.E. el 1 de Septiembre, informaba a V.E, siguiendo las instrucciones del Secretario para Asuntos Exteriores de Su Majestad, que el gobierno de Su Majestad del Reino Unido cumplirá sin demora sus obligaciones con Polonia, si el gobierno alemán no está dispuesto a dar al gobierno de Su Majestad del Reino Unido seguridades satisfactorias de que el gobierno alemán suspende toda acción de ataque contra Polonia y está dispuesto a retirar inmediatamente sus tropas de territorio polaco.

Aunque este comunicado fue dado a conocer hace más de veinticuatro horas, no ha obtenido ninguna respuesta habiendo, por el contrario continuado y aumentado los ataques alemanes contra Polonia. Por ello, tengo el honor de informar a V.E. que, en el caso de que hasta las 11 horas de la mañana (hora de verano británica) de hoy, 3 de Septiembre, no sea dada una seguridad satisfactoria en el sentido antes mencionado, por el gobierno alemán y llegue a Londres a manos del gobierno de Su Majestad, existirá, desde ese momento, un estado de guerra entre los dos países».

Neville Henderson, Embajador del Reino Unido en Berlín

#francia, #reino-unido

Viernes, 1 de septiembre de 1939

Desfile de tropas alemanas

El 1 de septiembre de 1939, al concluir el día, el Alto Estado Mayor alemán redactaba el primer parte de guerra:

«Berlín, 1 de septiembre de 1939. Por orden del Führer, comandante supremo de las fuerzas armadas, la Wehrmacht ha asumido la protección activa del Reich. En cumplimiento de la misión encomendada, para poner freno a la potencia polaca, esta mañana unidades del ejército alemán han pasado al contraataque en las fronteras entre Alemania y Polonia. Grupos de la Luftwaffe han emprendido el vuelo para atacar objetivos militares en Polonia. La marina de guerra ha asumido la protección activa del Mar Báltico».

A las 10 de la mañana, un Hitler nervioso justificó la invasión de Polonia alegando las violaciones de la frontera germana. Su verbo inflamado y belicoso se desató: «Para poner fin a estas incitaciones insensatas no me queda nada que hacer salvo responder a la fuerza con al fuerza a partir de ahora.[…] no quiero ser mas que el primer soldado del Reich […] Por eso me he puesto este ropaje militar […] No me lo sacaré hasta que la victoria sea nuestra, y si no es así, no viviré para verlo.»

Hitler, desde la tribuna de oradores del Reichstag, anunciaba que «a cada bomba responderá una bomba». En la misma sesión histórica, Hitler designaba como sus sucesores a Göering y Hess y declaraba su condición de soldado. «El Estado polaco ha rechazado la solución pacífica propuesta por mí para establecer relaciones de buena vecindad (…). Con la dura firmeza de las armas alemanas dirigiré la lucha por el honor y los derechos vitales del pueblo alemán resucitado. Espero que todos los soldados, penetrados de la gran tradición del eterno espíritu militar alemán, cumplirán con su deber hasta el extremo. Daos cuenta en todos los momentos que sois los representantes de la gran Alemania Nacional Socialista. ¡Viva nuestro pueblo y nuestro Reich! Adolfo Hitler».

Invasión alemana de Polonia

Pero el entusiasmo popular no estaba tan encendido. Cuando Hitler regresó a la Cancillería solo le esperó una pequeña multitud. Únicamente los mas jóvenes gritaron :»¡Sieg Heil!», mientras la mayoría permaneció silenciosa.

El Presidente de la República polaca, señor Moscicki dirigió ese día una proclama a la nación polaca: «Esta noche, nuestro enemigo secular empezó las operaciones ofensivas contra el Estado polaco. En este momento histórico me dirijo a todos los ciudadanos del país, con la profunda convicción de que toda la nación se ponga al lado del comandante en jefe y de la fuerza armada, a fin de defender su libertad, su independencia y su honor, y dará una respuesta digna al agresor, como ha ocurrido más de una vez en la historia de las relaciones polaco-alemanas. Toda, la nación, bendita por Dios en su santa y justa causa, y unida al Ejército, marchará en filas compactas al combate y a la victoria.»

El primer ministro inglés, Neville Chamberlain, se dirigía a la Cámara de los Comunes, en la mañana del 1 de septiembre de 1939, para explicar la política de Gran Bretaña ante la nueva agresión alemana: «No me propongo decir muchas palabras porque ha llegado el momento de la acción y no de los discursos. La responsabilidad de esta terrible catástrofe pesa sobre los hombros de un solo hombre. El canciller alemán no ha vacilado en sumir al mundo en la miseria al objeto de hacer triunfar sus ambiciones insensatas.» Finalmente, Chamberlain declaraba que, a menos que Alemania suspendiera la acción agresiva contra Polonia, Gran Bretaña cumpliría sin vacilaciones los compromisos contraído con los polacos.

M. Molotov, Ministro de Asuntos Exteriores de la URSS, solicitaba la convalidación de los acuerdos de no agresión con Alemania de 23 de agosto. Dijo que no fue sino hasta después que los representantes rusos quedaron convencidos de que las negociaciones con Gran Bretaña y Francia estaban condenadas al fracaso que voltearon hacia Alemania. Hizo hincapié en que el Pacto de ruso-alemán fue muy diferente al pacto de ayuda mutua que los soviéticos querían con Gran Bretaña y Francia. Afirmó que Alemania había abandonado la política anti-soviética y ofreció un tratado sobre el comercio en los más favorables términos nunca hechos. Molotov criticó a los dirigentes británicos y franceses que -declaró- insistieron en que la Unión Soviética se estaba poniendo al lado de Alemania en contra de ellos, olvidando que no era necesario que la Unión Soviética participara en una guerra al lado de los unos o los otros. «Si esos señores se sienten con un fuerte deseo de pelear, dejémosles que peleen entre ellos, pero sin nosotros. Veremos qué buenos soldados son. Ellos son los enemigos de la paz y sólo tratan de interferir en nuestras relaciones con Alemania«, concluyó.

El Cuartel general alemán, en Berlín, publicaba el siguiente comunicado oficial:

«En el curso de las operaciones militares efectuadas en Silesia, Pomerania y Prusia Oriental han sido alcanzados todos los objetivos propuestos para el primer día.

Las tropas del sur, avanzando a través de las montañas, han alcanzado las líneas, de Neumarkt-Such.

En el sur de Maerisch Ostrau ha sido atravesado el Olsa cerca de Teschen. Al sur del territorio industrial nuestras tropas han avanzado en grupos a la altura de Kattowitz.

Las tropas que operan en Silesia avanzan en dirección de Tsentoschau y al norte de dicha ciudad.

Al norte del corredor las tropas se acercan a Brahe y han alcanzado el lago situado cerca de Nakel. Muy cerca de Graudenz se ha entablado una batalla.

Las tropas que operan en la Prusia Oriental combaten lejos, en el interior del territorio polaco. Los pilotos alemanes, llenos de entusiasmo, han atacado los aeródromos polacos, como por ejemplo el de Rahmel y los de Putzig, Graudenz, Poznan, Plock y Lodz, así como los de Radom, Buda, Kattowitz, Cracovia, Lembreg, Brest y Terespok, destruyendo las instalaciones militares.

Los buques de guerra han prestado su concurso de una manera activa al avance del Ejército.

Los aviones alemanes son dueños del cielo polaco. Aunque muchas fuerzas aéreas son retenidas en Alemania central y occidental, se despliega gran actividad en Polonia.

Una parte de las fuerzas marítimas han tomado posiciones ante el golfo de Danzig, para asegurarse el dominio del Báltico. El buque-escuela «Schleswig-Holstein» ha cañoneado Westerplatte, en posesión de los polacos. Él puerto de guerra de Gydnia ha sido bombardeado por los aviones alemanes.«

Al respecto, en la prensa española (El Correo Catalán, Barcelona, 2 de septiembre de 1939) se recogía al día siguiente: «El Gauletier Forster ha dirigido a la población danziguesa la siguiente proclama: “Hombres y mujeres de Danzig: ha llegado el momento que habéis estado deseando durante veinte años. A partir de hoy, Danzig se ha incorporado al Gran Reich alemán. Nuestro Führer nos ha liberado. Por primera vez, la bandera de la cruz gamada, la bandera del Reich alemán, flota sobre los edificios públicos de Danzig. Flota, igualmente, a partir de hoy, sobre los antiguos edificios polacos y en todo el puerto; en las torres de la vieja Rathamz y en la venerable iglesia de Santa Mará, las campanas señalan la hora de la liberación de Danzig. Demos gracias a Nuestro Señor, que ha dado al Führer la fuerza y la posibilidad de liberarnos a nosotros también del mal del Diktat de Versalles».

El domingo 3 de septiembre, Gran Bretaña y Francia declaraban oficialmente la guerra a Alemania con una diferencia horaria: mientras Londres lo hacía a las once de la mañana, París se retrasaba hasta las cuatro y media de la tarde.

FUE NTES:
http://html.rincondelvago.com/segunda-guerra-mundial_14.html
http://ar.answers.yahoo.com/question/index?qid=20100831201614AANyzNU
http://www.exordio.com/Calendario/nc09011939.html#2625
http://www.exordio.com/Calendario/nc09011939.html

Bombardeo de área y bombardeo estratégico

Albert Speer (Mannheim, 19 de marzo de 1905 – Londres, 1 de septiembre de 1981)

«Aquellos ataques aéreos llevaban la guerra al corazón de Alemania. En las ciudades devastadas y asoladas por las llamas experimentábamos la presión directa y cotidiana de la guerra, y eso nos estimulaba y nos incitaba a dar al máximo.

Los sufrimientos impuestos a la población no quebrantaron su resistencia. Mis visitas a las fábricas de armamento y mis contactos con el hombre de la calle me dieron la impresión de que, al contrario, nuestro pueblo estaba cada vez más enardecido. Es posible que la disminución de la producción, evaluada en un 9 por 100, fuera compensada ampliamente por la intensificación de los esfuerzos de los alemanes.

Los considerados medios que se dedicaron a la defensa del territorio fueron la causa de este descenso en la producción. En 1943 el territorio del Reich y los teatros de operaciones situados al oeste estaban erizados de 10.000 cañones antiaéreos pesados, que bien podrían haberse utilizado en Rusia contra los tanques o contra sus objetivos en tierra. Además, sin ese segundo frente, el frente aéreo desplegado a lo largo de todo el país, la cantidad de municiones necesarias para nuestra defensa anticarro podría haberse multiplicado por dos aproximadamente. Para colmo, cientos de miles de jóvenes soldados eran empleados para la defensa antiaérea. La industria óptica consagraba un tercio de su producción a visores para las baterías antiaéreas, la electrónica dedicaba cerca de la mitad de su producción a aparatos de radiogoniometría y de transmisión para la defensa antiaérea. Todo esto explica que, a pesar del elevado nivel de las industrias eléctricas y óptica de Alemania, nuestras tropas combatientes en el frente estuvieran mucho peor equipados en material moderno que los ejércitos occidentales.

Era un hecho, como me di cuenta muy pronto, que los bombardeos habrían podido de sobra decidir la guerra desde 1943, si se hubiera intentado aniquilar los centros de producción de armamento, en lugar de dedicarse al bombardeo masivo pero a ciegas. El 11 de abril de 1943 propuse a Hitler constituir una comisión formada por expertos de la industria, con la misión de escoger los objetivos estratégicos, que, para la economía energética de la URSS, eran de una importancia vital. En todo caso, no fue Alemania, sino la aviación británica, quien por primera vez intentó variar de forma determinante el rumbo de la contienda destruyendo uno de los centros vitales de nuestra economía de guerra, siguiendo en cierto modo el principio de paralizar sectores de producción determinados. Al igual que se puede detener el funcionamiento de un motor suprimiendo una sola de sus piezas, la RAF intentó el 17 de mayo de 1943 aniquilar el centro vital de nuestra producción de armamentos, enviado 19 bombarderos a destruir las presas del Rhur …

Bombardeos en Hamburgo, 1943

Mientras yo me esforzaba por llamar la atención de Hitler y del Estado Mayor de la Luftwaffe sobre objetivos importantes, nuestros enemigos occidentales lanzaron, en el espacio de ocho días, del 25 de julio al 2 de agosto, cinco ataques masivos sobre la misma ciudad, a saber, Hamburgo. Esta operación iba en contra de todas las consideraciones tácticas, pero por ello tuvo consecuencias menos desastrosas. Desde los primeros ataques las conducciones de agua fueron destruidas, aunque a partir de los ataques siguientes los bomberos ya no pudieron extinguir el fuego, se declararon incendios gigantescos, las llamas se arremolinaban furiosamente como verdaderos ciclones, el asfalto de las calles comenzó a quemarse, la genta quedaba asfixiada en sus sótanos o carbonizadas en plena calle. Los efectos de aquellos ataques no pueden compararse sino a los de un terremoto».

Albert Speer, En el corazón del Tercer Reich, 1969

#alemania, #armamento

Hitler comunica la invasión de la URSS a Mussolini, 1941

Hitler y Mussolini

«Duce:

Os escribo esta carta en unos momentos en que meses enteros de ansiosas deliberaciones y una continuada y enervante espera terminan merced a la decisión que más me ha costado adoptar en mi vida. Después de examinar el último mapa sobre la situación en Rusia y después de sopesar muchos informes, creo que no puedo adoptar la responsabilidad de seguir esperando y, por encima de todo, creo que no existe otro medio de evitar este peligro …, a menos que continúe esperando, lo que de todos modos terminaría por conducir al desastre, si no este año, el próximo a lo sumo. La situación es la siguiente: Inglaterra ha perdido esta guerra. Con el derecho que asiste a los que se ahogan, se agarra a cualquier clavo ardiente que, en su fantasía le parece una tabla de salvación. Sin embargo, algunas de sus esperanzas no dejan de hallarse asistidas por una cierta lógica, como es natural. hasta el presente, Gran Bretaña siempre ha librado sus guerras contando con la ayuda del Continente. La destrucción de Francia -en realidad la eliminación de todas las posiciones occidentales europeas- atrae continuamente las miradas de los belicistas ingleses al lugar por donde trataron de comenzar la guerra: la Rusia soviética.

Ambas naciones, la Rusia soviética e Inglaterra, se hallan interesadas por igual en la existencia de una Europa arruinada y postrada por una larga guerra. Detrás de estos dos países se alzan los Estados Unidos de América, que los incita mientras observa y espera los acontecimientos. Desde la liquidación de Polonia, se ha hecho evidente la existencia en la Rusia soviética de una tendencia consistente que, si bien de una manera cauta y solapada, señala no obstante un firme regreso a la antigua teoría bolchevique de expansión del Estado soviético. La prolongación de la guerra, necesaria para alcanzar esta finalidad, se conseguiría reteniendo las fuerzas alemanas en el Este, para que el Alto Mando alemán ya no pueda garantizar un ataque en gran escala en el Oeste, en especial por lo que se refiere a la aviación. Recordáis que os manifesté recientemente, Duce, que fue precisamente el éxito del experimento de Creta lo que me demostró cuán necesario es utilizar hasta el último de los aviones de que disponemos para el proyecto más importante contra Inglaterra. Es muy probable que el triunfo en esta batalla decisiva dependiese para nosotros de la superioridad de sólo unas cuantas escuadrillas. No vacilaré ni un momento en asumir estar responsabilidad. Dejando aparte otras consideraciones, poseo al menos la certeza única de que no seré atacado entonces súbitamente, ni siquiera amenazando desde el Este. La concentración de fuerzas rusas es tremenda. A decir verdad, todas la fuerzas rusas disponibles se hallan en nuestras fronteras. Además, a partir de la proximidad del buen tiempo, han empezado a realizarse numerosas obras de defensa…

Por consiguiente, después de exprimirme constantemente el cerebro, he llegado a la decisión de cortar el nudo antes de que se apriete demasiado. Creo, Duce, que con esto brinco probablemente los mejores servicios posibles a nuestra dirección conjunta de la guerra en el año en curso …

Para concluir, permitidme añadir una cosa, Duce. Me ha constado una gran lucha alcanzar esta decisión, pero ahora vuelvo a sentirme espiritualmente libre. La alianza con la Unión Soviética, pese a la completa sinceridad de los esfuerzos realizados para alcanzar una conciliación final, me resultó con frecuencia muy irritante, pues de una manera u otra me pareció una renuncia a mis principios, mis conceptos y mis anteriores obligaciones. Ahora me siento muy dichoso de verme liberado de estas agonías mentales.

Con toda cordialidad y camaradería, Vuestro. […] Adolf Hitler»

Carta de Hitler a Mussolini, 21 de junio de 1941

#alemania, #italia

La invansión de la U.R.S.S. por la Alemania nazi, 1941

Líneas de penetración alemanas en la URSS

El Führer Jefe Supremo de la Wehrmacht

OKW/FST

Unidad L(I)Nº33

408/40 g. Kdos.respecto al jefe F.H.Q.,18 de diciembre de 1940

Normativa nº 21 – «Operacion Barbarroja»

La Wehrmacht alemana debe estar preparada, aún antes de la conclusión de las hostilidades con Inglaterra, a derrotar a la Unión Soviética en una rápida campaña (Plan Barbarroja).

A este fin, el ejército deberá emplear todas las unidades disponibles, a excepción de las necesarias para evitar sorpresas en los territorios ocupados.

Para la Luftwaffe se tratará de liberar el mayor número de aviones posible para la campaña en el este, apoyando al ejército de modo que se pueda contar con un rápido desarrollo de las operaciones terrestres y a fin de reducir al mínimo los daños en Alemania oriental por los ataques enemigos. Este paso del centro de gravedad al este encuentra un límite en la necesidad de proteger de ataques aéreos las zonas de operaciones y las zonas industriales controladas por nosotros, y la oportunidad de proseguir los ataques contra Inglaterra, en especial contra sus fuentes de suministro. Ordenaré efectuar el despliegue contra la Unión Soviética 8 semanas antes del proyectado inicio de las operaciones. Aquellos preparativos para los que haga falta más tiempo deben comenzarse inmediatamente si es que no se ha hecho ya, y concluirse para el 15 de mayo de 1941.

Intención general:

La masa del ejército ruso en Rusia occidental debe ser aniquilada mediante audaces avances en profundidad de las cuñas acorazadas. Hace falta además impedir la retirada de unidades todavía válidas por los inmensos espacios rusos. Por medio de un veloz seguimiento habrá que alcanzar después una línea desde la cual el arma aérea rusa no pueda ya atacar el territorio alemán. El objetivo final es la conquista de la línea Volga-Arkangel para protegerse de la Rusia asiática.

En caso de necesidad, la última región industrial rusa, la de los Urales, será eliminada por la Luftwaffe.

Probables aliados y respectivos cometidos:

1) Se puede contar con la intervención activa en la campaña contra la Rusia soviética de Finlandia y Rumania en las extremas del despliegue. La forma y medida en que las fuerzas de estos dos países se someterán a las decisiones de los jefes alemanes, serán establecidas a su debido tiempo por el mando supremo de la Wehrmacht.

2) El objetivo de Rumania será atacar a las fuerzas enemigas contrapuestas con la colaboración del grupo operativo alemán al que sean agregadas las fuerzas rumanas, y realizar fines de carácter general en la retaguardia del frente.

3) Finlandia cubrirá la avanzada del grupo operativo alemán norte que avanzará desde Noruega, y operará genéricamente en colaboración con las tropas alemanas. Corresponderá a Finlandia inutilizar la base de Hanko.

4) Se puede contar con la posibilidad de que, al inicio de la operación principalmente, sean puestas a disposición del grupo operativo norte ferrocarriles y carreteras suecas. […]

Adolf Hitler

#alemania, #urss

La versión alemana sobre la entrevista de Hendaya, 1940

Entrevista entre Franco y Hitler

Complementando la versión del traductor español, aquí unos fragmentos de las memorias del traductor alemán Paul Schmit, el sexto participante del encuentro:

Antes del encuentro: «Escuché cómo Hitler le decía a Ribbentrop: «Ahora no le podemos dar a los españoles ninguna promesa por escrito sobre entrega de territorios coloniales franceses. Si ellos reciben algo por escrito sobre este tema delicado, estos latinos son tan parlanchines, que los franceses se enterarán tarde o temprano……Además, si se llega a conocer de tal tratado con los españoles, todo el imperio colonial frances se pasará al lado de De Gaulle……..»

«Bajo, rechoncho, moreno, con ojos vivaces, el dictador español se sentó en el vagón de Hitler. En las fotos que yo había visto parecía bastante más alto y esbelto. Pensé, que si llevara un vestido blanco, podría pasar por árabe, y a medida que se conversaba, por su forma de argumentar, con dudas y con cuidado, esta impresión se reforzaba. Enseguida me di cuenta de que Franco es un cautelo maestro de conversaciones, y no va a ser fácil presionarlo…….»

Hitler propone tomar Gibraltar. «Primero Franco, sentado descuidadamente, no decía nada. Por su cara impenetrable yo no podía comprender si estaba asombrado por esta proposición o estaba pensando tranquilamente la respuesta. Después comenzó una maniobra de evasión igual a la de su colega italiano al principio d ela guerra. España no tiene alimentos. El país necesita trigo, varios cientos de miles de toneladas, e inmediatamente. «¿Puede Alemania abastecerlas?» preguntó según me pareció, con cierta astucia en la cara. España necesita armamento moderno. Para capturar Gibraltar hace falta artillería pesada, Franco mencionó una enorme cifra de cañones pesados que quería recibir de Alemania. Además, él tiene que defender toda su larga costa de ataques de la Armada inglesa. Y casi tampoco tiene artillería antiaérea. ¿Y cómo va a defender Canarias de un ataque inglés?. Y entre otras cosas, el orgullo nacional español no permite aceptar que Gibraltar sea tomado por soldados extranjeros y luego se la entreguen. La fortaleza debe ser tomada exclusivamente por españoles. Me llamó mucho la atención una observación de Franco hecha en respuesta a la declaración de Hitler de que unidades acorazadas lanzadas desde Gibraltar pueden expulsar a los ingleses de Africa. «Hasta la frontera de los grandes desiertos puede ser -dijo Franco- pero Africa central estará defendida de los ataques principales por tierra, por la franja de desiertos, igual que los mares defienden a una isla. Como veterano de campañas africanas sé lo que digo».

«Franco considera, que Inglaterra puede ser tomada, pero su gobierno junto a su flota continuará la guerra desde Canadá con ayuda de America»

«…..A medida que Franco iba explicando sus argumentos, con voz tranquila y suave, su tono monótono recordaba a algún almuecín llamando a rezar. Hitler se estaba intranquilizando cada vez más. La conversación lo estaba poniendo nervioso. Una vez incluso se paró, y dijo que no podía continuar, pero enseguida se sentó de nuevo y continuó sus intentos de vencer a Franco.»

«…Después del almuerzo ambos dictadores continuaron discutiendo tanto, que los trenes se retrasaron dos horas, pero no se entendieron. De hecho, los sentimientos de ambos cambiaron bastante»

«….Al día siguiente Ribbentrop continuó la destrucción, paso a paso, de los restos de la amistad germano-española. Continuaba presionando al cada véz más resistente ministro de relaciones exteriores español, que quería defender a los españoles de la firma de un acuerdo contra el cual estaban. Al final Ribbentrop mandó a los españoles a San Sebastian, como si fueran escolares. «Que el texto lo tenga yo aquí mañana a las 8 de la mañana «, dijo el enojado el maestro. «Los dejo, porque nos vemos con el mariscal Petain«.

Tras estos y otros choques con los españoles ese día Ribentrop:

«Por todo el camino iba insultando al «jesuita» de Suñer y al «malagradecido cobarde» de Franco, que nos debe todo, y ahora no quiere unirse a nosotros. Los saltos del auto por el camino parecía que aumentaban su enojo».

Fuente: http://www.forosegundaguerra.com/viewtopic.php?start=0&t=166

#alemania, #espana, #franco, #hitler

La versión española sobre la entrevista de Hendaya, 1940

La noticia de la entrevista en la prensa oficial española

La versión de la entrevista del traductor de alemán por parte Española, a la sazón Don Luís Álvarez de Estrada y Luque, Barón de las Torres.

Anotaciones sobre «La Conferencia de Hendaya», celebrada el 23 de octubre de 1940 entre su Excelencia el Jefe del Estado y el Führer, Canciller del Reich, con asistencia de los respectivos ministros de Asuntos Exeriores, señores Serrano Suñer y Ribbentrop.

Llega el trén que conduce a S.E. el Caudillo a la estación de Hendaya poco después de las tres de la tarde. Hace S.E. el viaje en el break de Obras Publicas, acompañado por el Ministro de Asuntos Exteriores, Sr. Serrano Súñer, y los jefes de sus Casas Militar y Civil.

A la llegada del trén es recibido en el andén por el Fürer, a quién acompañan su ministro de Negocios Extrangeros, Sr. Ribbentrop, Mariscal Keitel y todo su Estado Mayor. Una vez hechas las presentaciones de los séquitos respectivos, invita el fürer a S.E. a pasar a su coche-salón, donde se ha de celebrar la entrevista.

En dicho coche-salón, y en una mesa rectángular para seis personas, toman asiento S.E. el Jefe del Estado, el Führer, el Sr. Serrano Súñer, el Sr. Ribbentrop, un intérprete alemán y el Barón de las Torres, que actúa como intérprete por parte Española, prohibiéndose el acceso a dicho salón de ninguna otra persona, ya que los Embajadores de Alemania en Madrid, Sr. Von Sthorer y de España en Berlín, General Espinosa de los Monteros, han permanecido con el resto del séquito.

El Führer está sentado en una cabecera, teniendo a su derecha al Caudillo y a su izquierda al Sr. Serrano súñer; a la derecha del Caudillo está el Sr. Ribbentrop. Comienza S.E. el Jefe del Estado señalando la satisfacción que le produce el encontrarse por vez primera con el Führer, a quién de nuevo reitera las gracias por la ayuda que Alemania prestó a España durante nuestro Glorioso Movimiento Nacional.

La fotografía izquierda muestra cómo la poco afortunada cara de Franco, con los ojos cerrados, fue sustituida sin mucho reparo por otra más adecuada. Sin duda, un retoque, pero hay que admitir que es un retoque lógico y sin mucha “maldad”.

El Fürer contesta a S.E. diciendo que es también para él muy grato el momento de encontrarse con el Generalísimo, y después de ensalzar la gesta del pueblo español, qu ha sabido enfrentarse contra el comunismo a las órdenes de S.E., señala la importáncia que tiene la reunión de ambos Jefes de Estado en este momento crítico de la guerra en Europa, en que acaba de ser derrotada Francia. Empieza el Führer por hacer una relación bastante minuciosa de todos los acontecimientos ocurridos hace trece meses, y que han dado oigen a la guerra mundial, insistiéndo que él no quería la guerra, pero que se ha visto obligado a aceptarla con todas sus consecuencias. Pinta la situación de Europa como completamente favorable a las armas alemanas, diciendo textualmente: «Soy el dueño de Europa y como tengo doscientas divisiones a mi disposición, no hay más que obedecer» Continúa el Führer ponderando la eficacia y dominio de las fuerzas alemanas, asegurando que será cuestión de muy poco tiempoel aniquilamiento de Inglaterra, cuya invasión se está preparando con grán eficacia, y que le interesa tener previenidos y sujetos todos los puntos neurálgicos que puedan ser de interés para sus enemigos, y por ello es por lo que le ha interesado tener esta conversación con el Caudillo, pues hay varios puntos en los que España está llamada a tener un papel muy importante, y que no hay duda que velando por sus intereses políticos lo llevará a cabo, ya que si dejara pasar esta oportunidad no se le podría presentar nunca.

A este respecto, dice que le interesan tres puntos, que són: Gibraltar, Marruecos e islas Canarias.Continúa diciendo el Führer, al pasar a tratar de Gibraltar, que esta es una cuestión de honor para el pueblo Español, el reintegrar a la Patria enste pedazo de suelo que todavía está en manos extranjeras, y que por su situación privilegiada en el Estrecho sea el punto de apoyo más que para la navegación por el Mediterráneo tienen los aliados, y que, por tanto, hay que ir tomando en consideración la necesidad de que se cierre el Estrecho, ya que si Ceuta y Gibraltar estiviesen en manos españolas, sería imposible la navegación.

Ataca el segundo punto referente a Marruecos, diciendo que España, por su historia y por otros muchos antecedentes, es la llamada a quedar en posesión de todo el Marruecos francés y de Orán, y que, desde luego, si España entraba en la guerra al lado del Eje, se le garantizaba el dominio de los territorios antes citados.

Por lo que se refiere a las Islas Canarias, dice qué, aunque está convencido de que los Estados Unidos no han de entrar en la guerra, pues no tienen intereses de gran envergadura en ella, no así los ingleses, que aunque suren una situación precaria actualmente, en cualquier golpe de mano pueden hacerse con ellas y sería desde luego, un golpe muy fuerte contra la campaña submarina que con toda eficacia se está llevando a cabo.S.E. el Jefe del Estado contesta a los puntos que acaba de mencionar el Führer, diciendo que aunque es exacto que Gibraltar es un pedazo de tierra española que hace muchos años que está en manos ajenas, y que sería de gran satisfacción para el pueblo español que volviera a formar parte de la Patria, hay que comprender que lo que al Führer le parece muy facil, que es tomar la ofensiva contra Gibraltar, supone para un pueblo que acaba de pasar por una de las más terribles guerras civiles un sacrificio, ya que no tiene aún cerradas las heridas de todo orden que ha sufrido, y que sería una muy pequeña conpensación para los estragos y dificultades que la entrada en guerra con Inglaterra supondría.

Por otro lado, continua el Caudillo, por lo que se refiere a Marruecos debe tenerse muy en cuenta el esfuerzo que para una España aun no rehecha de la Guerra Civil supone el mantenimiento de los efectivos militares que tiene en su zona y que obliga a las tropas francesas a mantener unos efectivos militarres inactivos que no pueden acudir a otros sectores. Continúa el Caudillo diciendo que agradece mucho lo ofrecimientos que para después de la guerra, y en el caso de que España entrara en ella, se le hacen de la Zona Francesa y de Orán, que no se le ha ocurrido pedir, pero que estima que para ofrecer las cosas es necesario tenerlas en mano, y que, hasta ahora, el Eje no dispone de ellas. Añade el Caudillo, que este problema de Marruecos no lo ha considerado él vital para España, y comprende que no se le ha hecho justicia a nuestro país y que no se le ha reconocido la situación que por derecho e historia le corresponde; pero que habiendo sido, como lo prueba la Conferencia de Algeciras, problema que siempre suscitó la intervención de todos los países, aún de aquellos que más alejados se encontraban de él, estima que no debe procederse a la ligera, sino, por el contrario, sin hacer dejación de ninguno de los derechos que le asisten, examinar el problema con toda frialdad.

Por lo que se refiere a las Islas Canarias, no cree el Caudillo que puedan ser objeto de ataque, pero, desde luego, reconoce que aún cuando existen en las islas efectivos necesarios, los medios de defensa de las islas no están a la altura de las circunstancias, pues el armamento no es eficiente.

A esto contesta el Führer diciendo que se le enviarían por Alemania las baterías de costa de gran calibre que fueran necesarias, así como los técnicos encargados de montarlas y enseñar su manejo.

Señala el Caudillo, con referencia al cierre del Estrecho de Gibraltar, que considera de mucha más urgencia e importancia el cierre del canal de Suez, pues el corte de éste traería aparejada la inutilidad del Estrecho de Gibraltar, y psaría a ser un mar muerto el Mediterráneo.

El Führer se mantiene en su postura de que considera más importante cerrar por Gibraltar que por Suez.

Insiste el Führer en señalar los grandes beneficios que reportaría a España una intervención al lado del Eje, manifestando que cree llegado el momento en que España tiene que tomar una determinación, pues no puede permanecer indiferente a la realidad de los hechos y de que las tropas Alemanas se encuentren en los Pirineos.

Y añade que como mañana o pasado tiene concertada una reunión con el Mariscal Pétain y el Sr. Laval en Montoire, quiere saber a qué atenerse respecto a la actitud de España para obrar en consecuencia con respecto a Francia.

Contesta a este el Caudillo, que no cree que tenga nada que ver la actitud de España en las conversaciones de una potencia que acaba de hacer ofrercimientos, pues, una de dos, o estos ofrecimientos no son más que el cebo para una posible entrada de España en la guerra o no se piensa cumplirlos si la actitud de Alemania con el Gobierno de la Francia derrotada no es excesivamente dura.

Esta contestación del Caudillo no parece agradar mucho al Führer (seguramente porque es verdad), y recalca de una manera un poco vehemente, y sin recoger lo dicho por el Generlísimo, que él no puede ir a Montoirea entrevistarse con Pétain sin conocer una actitud definida por parte de España.

El Caudillo, vuelve a insistir en lo antes manifestado, y además reitera que España, que acaba de sufrir una Guerra Civil, que ha tenido cerca de un millón de muertos por todos los conceptos, que está falta de víveres y de armamento, no puede ser llevada sin más a una guerra cuyo alcánce no se puede medir, y en la cual no iba a sacar nada.

(Al llegar este momento se suspendió la sesión, que ha durado desde las cuatro menos cuarto a las siete menos veinte. La conversación ha resultado lenta por tener que traducirse del español al alemán y viceversa. Una vez terminada la conversación se traslada el Caudillo a su coche-salón hasta la hora de la comida que ofrece el Führer a S.E. y a su séquito. Se reanuda la Conferencia poco después de las diez y media de la noche.)

En la segunda parte de la Conferencia se nota desde el principio el afán del Führer de hacer ver al Caudillo la conveniencia de entrar en la guerra, por estar esta, como quién dice, virtualmente ganada, y asegurando que tendría España, cuanta ayuda pudiera necesitar tanto en provisiones como en armamentos.

Vuelve el Caudillo a insistir en lo que tantas veces ha repetido durante el curso de la conversación, de que España no está preparada para entrar en ninguna guerra, y que no se le pueden pedir sacrificios inútiles para no obtener nada por ellos, y que considera que ya es buena ayuda la Neutralidad Española que le permite no tener efectivos en los Pirineos y la distracción de fuertes contingentes Franceses por nuestras fuerzas militares en la zona de Marruecos, aparte de lo que representa el aberse adueñado España de Tánger, evitando que lo hicieran otros.

El Führer ante esta contestación, y visiblemente contrariado, manifiesta que aunque esto es verdad, no es lo suficiente ni lo que necesita Alemania.

El Caudillo le vuelve a contestar que él no puede llevar al pueblo español a una guerra que, desde luego, sería impopular, ya que en ella no se podría alegar que estaba implicado el prestigio ni la conveniencia de España.

Después de un forcejeo insistiendo ambos Jefes de Estado en sus puntos de vista, y teniendo en cuenta que quiere llegarse a una solución por parte de Alemania, propone el Führer, de acuerdo con su Ministro de Asuntos Exteriores, Sr. Ribbentrop, que se firme por parte de España un compromiso en el que se compromete a entrar en la guerra al lado de Alemania cuando ésta estime necesario que lo haga más adelante.

El Caudillo vuelve a insistir en los tan repetidos puntos de vista respecto a la imposibilidad de España de entrar en una guerra que no le habría de reportar ningún beneficio y que por tanto, aunque fuera un compromiso aplazado, él no lo puede aceptar.

Se siguen manteniendo durante tres cuartos de hora los respectivos puntos de vista y, pasadas las doce y media el Führer, que ha ido cada vez más perdiendo el control, se dirige en Alemán a Ribbentrop y le dice: <<Ya tengo bastante; como no hay nada que hacer, nos entenderemos en Montoire.>>

El Führer dando muestras de su sobervia o de su mala educación, se levanta de la mesa y, de forma completamente militar y agria, se despide de los presentes, acompañado de su ministro de Asuntos Exteriores.

Poco después, y ya de manera oficial, tiene lugar la despedida en el andén en forma aparentemente cordial.

A la una menos cinco arranca el trén que conduce a S.E. quién creo que ha sacado una impresió del Führer distinta de la que se había imaginado, como aquel señor que cree encontrase con otro y se lleva un chasco.

Mi impresión, como Español, no puede ser mejor, pues conozco a los Alemanes y sé sus procedimientos, y teniendo en cuenta la fuerza que tienen hoy en día dominando Europa entera, la actitud del Caudillo ni ha podido ser más viril, ni más patriótica, ni más realista, pues se ha mantenido firme ante las presiones, justoficadas o no, del Führer y ha pasado por alto con la mayor dignidad los malos modo, al no ver satisfechos sus deseos, del Führer-Canciller.

Luís Álvarez de estrada y Luque. Barón de las Torres,  26 de Octubre de 1940.

Fuente: http://www.forosegundaguerra.com/viewtopic.php?start=0&t=166

#alemania, #espana, #franco, #hitler

El Protocolo secreto de Hendaya, 1940

Hitler y Franco en Hendaya, 1940

El 23 de octubre de 1940 el general Franco se entrevistó con Hitler en Hendaya. La pretensión de este último era hacer que España entrara en guerra a favor de Alemania a cambio de una serie de contraprestaciones. Al final, Hitler no logró nada positivo:

«El Protocolo

Entre los gobiernos de Italia, Alemania y España se decide lo siguiente:

1. La entrevista celebrada entre el Führer del Reich alemán y el jefe del Estado español que siguió a la que sostuvieron el Duce y el Fúhrer, así como el intercambio de pensamientos entre los tres ministros de Asuntos Exteriores de los tres países en Roma y en Berlín, han servido para aclarar las posiciones recíprocas de los tres países a las particulares propias de la conducta de la guerra y a la política en general.

2. España se declara dispuesta a entrar en el Pacto que el 27 de septiembre firmaron Italia, Alemania y Japón y con este objeto firmar el correspondiente Protocolo sobre el ingreso resultante por parte de las cuatro potencias en una fecha determinada.

3. Con el presente Protocolo declara España su ingreso en el Pacto de Alianza y Amistad firmado por Italia y Alemania y el correspondiente agregado secreto del 22 de mayo de 1939.

4. En cumplimiento de sus obligaciones como aliado, España intervendrá en la actual guerra de las potencias del Eje contra Inglaterra, después que éstas hayan otorgado las ayudas militares necesarias para su preparación hasta un punto en el cual, en apreciación conjunta entre las tres potencias, se establezca que se ha alcanzado un punto decisivo en los preparativos. Alemania concederá ayuda económica a España, mediante la entrega de víveres y materias primas, para hacer frente a las necesidades del pueblo español y a las exigencias de la guerra.

5. Además de la incorporación de Gibraltar a España, las potencias del Eje se declaran básicamente dispuestas en relación con un orden conjunto, que deberá establecerse en África y que se fijará en los tratados de paz después de la derrota de Inglaterra a conceder que España reciba en territorio africano en la misma cantidad, en la cual Francia pueda ser compensada, que se le asignen en territorio africano, con lo cual permanecerán en cuenta las pretensiones de Alemania e Italia referentes a Francia.

6. El presente Protocolo tendrá un estricto carácter secreto, y sus participantes se obligan a guardar un estricto secreto sobre él, mientras no se llegue a un acuerdo conjunto de hacerlo público.

Establecido en tres originales en italiano, alemán y español.

Hendaya, 23 de octubre de 1940».

Díaz-Plaja, F.: La entrevista Franco-Hitler.

#alemania, #espana, #franco, #hitler

Consecuencias de la derrota de Stalingrado, 1943

Diplomático alemán y fuerte oponente al Tercer Reich. En 1932 fue  nombrado embajador en Italia. En un principio simpatizaba con Hitler, pero luego se convirtió en un fuerte crítico del régimen al contemplar la política agresiva en contra de los extranjeros. Unió fuerzas junto a Ludwig Beck y Carl Goerdeler. En abril del 1942, fue advertido de que se estaba siendo investigado por la Gestapo. Ignorando las advertencias siguió conspirando en contra de Hitler. Tras el atentado contra el Führer, Hasell fue arrestad y ejecutado en la prisión de Plötzensee. Sus diarios y cartas fueron descubiertos después de la guerra en el jardín de la prisión y luego publicados. He aquí algunos párrafos ambientado en las consecuencias ocasionadas por la derrota de Stalingrado:

Ulrich von Hassel (12 de noviembre de 1881-8 de septiembre de 1944)

«Ebenhausen, 14 de febrero de 1943

Las últimas semanas han traído la crisis más grave que hemos presenciado durante esta guerra; en realidad, la primera crisis verdadera, desgraciadamente no sólo del gobierno y del sistema, sino de toda Alemania. Como símbolo se le da el nombre de Stalingrado. Por primera vez, también las murmuraciones y la crítica le alcanzan directamente. Se trata de una verdadera crisis; incapacidad militar que hasta ahora ha podido disimularse gracias a un feliz juego de azar, a la escasa combatividad de los adversarios y a otras casualidades que han trabajado en favor del “estratega más general de todos los tiempos”, es decir del “cabo” megalómano. Todo el mundo ve claramente que se ha derramado una preciosa sangre sólo por puntos de vista y de prestigio insensatos y criminales, como esta vez se trata también de los asuntos militares, los generales por fin han abierto los ojos. La conducta del desgraciado general Paulus, al cual los rusos podrían entregar ahora “el bastón de mariscal” (el teniente general Paulus fue nombrado mariscal por Hitler el 31-I-43), es criticada severamente. El general Paulus no fue capaz de seguir el ejemplo de Yorck y por tanto no hubiera debido de salir con vida de esta catástrofe. (Paulus, de acuerdo con un plan convenido entre Kluge, Manstein y el movimiento de resistencia, debió haber abandonado a tiempo Stalingrado y dirigirse al oeste. Después de esto, Kluge debía haberse apoderado del mando al mismo tiempo que en Berlín debía producirse un golpe de Estado). Gustan Anton Wiefersheim (general en jefe de un cuerpo de ejército), el cual por causa de un conflicto con Paulus “fue destituido”, se ha rehabilitado completamente, pero a nosotros ya no nos sirve. El general Strecker, que había defendido sus puntos de vista con más tenacidad y, por consiguiente, caído en desgracia, que no había recibido ninguna condecoración ni le habían sido reconocido sus méritos, fue junto con el jefe de su Estado Mayor, Groscurth, el general que finalmente había luchado más tiempo.

Incluso Herr Zeitzler, el jefe favorito del Estado Mayor de Hitler, se da ahora cuenta de lo que pasa y ha encontrado el valor de oponerse a ciertas órdenes absurdas, y no se ha presentado durante dos días a la conferencia, imponiendo de este modo su opinión. También Kluge y Manstein han logrado un poco más de libertad de movimiento. Y Herr Fromm, esta especie de veleta, pronuncia también palabras atrevidas. Pero, lo que a pesar de todos los esfuerzos continúa faltando, es el chispazo inicial.

Cada día hay más noticias sobre Hitler que demuestran su peligroso estado mental. El actual Gobierno celebra su décimo aniversario, un gobierno que ahora lucha únicamente por su propia existencia, sacrificando a todo el pueblo alemán. Es significativo que Hitler no se haya atrevido a hablar el 30 de enero. ¡Quién se podía figurar esto hace poco, y que Goering, al sonar una alarma, hubiese desaparecido durante su discurso para esconderse en un refugio!».

Ulrich von Hassel, Diarios

#alemania

La invasión de Francia, 1940

General Heinz Guderian (Kulm, Prusia Occidental, 17 de junio de 1888 – Schwangau (Baviera), 14 de mayo de 1954)

«Mientras que la línea Maginot estaba poco ocupada, el ejército francés, incluidas las divisiones blindadas, así como el cuerpo expedicionario británico en el Flandes francés, estaban concentrados entre el Mosa y el Canal de la Mancha, con el frente hacia el noroeste. Por el contrario, las tropas belgas y holandesas estaban articuladas para proteger a sus países de un ataque procedente del este.

Esta disposición de las fuerzas permitía concluir que el enemigo contaba con que los alemanes ejecutarían una vez más el Plan Schlieffen de 1914, y que el grueso de los ejércitos aliados se destinaba a prevenir un ataque envolvente avanzando a través de Holanda y Bélgica. Alrededor de la bisagra de tal movimiento hacia Bélgica no se apreciaba la preparación de ninguna cobertura, en forma de reservas situadas, por ejemplo, en la región de Charleville o de Verdún. Se diría que el mando francés no creía posible otra eventualidad que no fuera el viejo Plan Schlieffen…

En cuanto al Alto Mando, estábamos muy sorprendidos de que no hubiera aprovechado el momento favorable para atacar en el otoño de 1939, cuando el grueso del ejército alemán, y sobre todo el conjunto de sus fuerzas blindadas, se encontraba inmovilizado en Polonia…

De todo esto se podía deducir que un golpe por sorpresa, directamente contra el objetivo, por Sedán hacia Amiens y el Canal de la Mancha, con un fuerte componente de blindados, alcanzaría en profundidad el flanco del adversario, comprometido en un avance a través de Bélgica. Contra un ataque así, no dispondría más que de reservas insuficientes; la operación tenía, por tanto, muchas posibilidades de éxito; una explotación inmediata de los éxitos iniciales permitiría copar el grueso de las fuerzas enemigas estaciones en Bélgica».

H. Guderian, Recuerdos de un soldado, 1954.

#alemania, #francia, #guderian