Declaración de la ONU sobre la descolonización, 1960

«La Asamblea General,

Reunión de la Asamblea General de la O.N.U., Nueva Yor,k

Teniendo presente que los pueblos del Mundo han proclamado en la Carta de las Naciones Unidas que están resueltos a reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas y a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto mas amplio de la libertad,

Consciente de la necesidad de crear condiciones de estabilidad y bienestar y relaciones pacificas y amistosas basadas en el respeto de los principios de la igualdad de derechos y de la libre determinación de todos los pueblos, y de asegurar el respeto universal de los derechos humanos y las libertades fundamentales para todos sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión, y la efectividad de tales derechos y libertades,

Reconociendo el apasionado deseo de libertad que abrigan todos los pueblos dependientes y el papel decisivo de dichos pueblos en el logro de su independencia,

Consciente de los crecientes conflictos que origina el hecho de negar la libertad a esos pueblos o de impedirla, lo cual constituye una grave amenaza a la paz mundial,

Considerando el importante papel que corresponde alas Naciones Unidas como medio de favorecer el movimiento en pro de la independencia en los territorios en fideicomiso y en los territorios no autónomos,

Reconociendo que los pueblos del mundo desean ardientemente el fin del colonialismo en todas sus manifestaciones,

Convencida de que la continuación del colonialismo impide el desarrollo de la cooperación económica internacional, entorpece el desarrollo social, cultural y económico de los pueblos dependientes y milita en contra del ideal de paz universal de las Naciones Unidas,

Afirmando que los pueblos pueden, para sus propios fines, disponer libremente de sus riquezas y recursos naturales sin perjuicio de las obligaciones resultantes de la cooperación económica internacional, basada en el principio del provecho mutuo, y del derecho internacional,

Creyendo que el proceso de liberación es irresistible e irreversible y que, a fin de evitar crisis graves, es preciso poner fin al colonialismo y a todas las prácticas de segregación y discriminación que lo acompañan,

Celebrando que en los últimos años muchos territorios dependientes hayan alcanzado la libertad y la independencia, y reconociendo las tendencias cada vez más poderosas hacia la libertad que se manifiestan en los territorios que no han obtenido aun la independencia,

Convencida de que todos los pueblos tienen un derecho inalienable a la libertad absoluta, al ejercicio de su soberanía y a la integridad de su territorio nacional,

Proclama solemnemente la necesidad de poner fin rápida e incondicionalmente al colonialismo en todas sus formas y manifestaciones;

Y a dicho efecto

Declara que:

1. La sujeción de pueblos a una subyugación, dominación y explotación extranjeras constituye una denegación de los derechos humanos fundamentales, es contraria a la Carta de las Naciones Unidas y compromete la causa de la paz y de la cooperación mundiales.

2. Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación; en virtud de este derecho, determinan libremente su condición política y persiguen libremente su desarrollo económico, social y cultural.

3. La falta de preparación en el orden político, económico, social o educativo no deberá servir nunca de pretexto para retrasar la independencia.

4. A fin de que los pueblos dependientes puedan ejercer pacífica y libremente su derecho a la independencia completa, deberá cesar toda acción armada o toda medida represiva de cualquier índole dirigida contra ellos, y deberá respetarse la integridad de su territorio nacional.

5. En los territorios en fideicomiso y no autónomos y en todos los demás territorios que no han logrado aún su independencia deberán tomarse inmediatamente medidas para traspasar todos los poderes a los pueblos de esos territorios, sin condiciones ni reservas, en conformidad con su voluntad y sus deseos libremente expresados, y sin distinción de raza, credo, ni color, para permitirles gozar de una libertad y una independencia absolutas.

6. Todo intento encaminado a quebrantar total o parcialmente la unidad nacional y la integridad territorial de un país es incompatible con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas.

7. Todos los Estados deberán observar fiel y estrictamente las disposiciones de la Carta de las Naciones Unidas, de la Declaración Universal de Derechos Humanos y de la presente Declaración sobre la base de la igualdad, de la no intervención en los asuntos internos de los demás Estados y del respeto de los derechos soberanos de todos los pueblos y de su integridad territorial.»

Resolución 1514 de las Naciones Unidas sobre la concesión de la indendencia a los países y pueblos coloniales, 14 de diciembre de 1960.

#onu

Los pobres también necesitan medicamentos

Medicinas caras en un mundo injusto

Las enfermedades infecciosas se cobran la vida de 14 millones de personas cada año, de las que más del 90% viven en países en vías de desarrollo. En África, Asia, y América Latina –zonas del planeta donde viven las cuatro quintas partes de la población– las principales causas de enferme dad y muerte son el sida, infecciones respiratorias, malaria y tuberculosis.

La magnitud de una pandemia como la del sida ha evidenciado que millones de personas en los países no desarrollados no tienen acceso a los medicamentos que necesitan para tratar las enfermedades o afecciones que padecen. En estos países mueren diariamente 8.000 personas víctimas del sida. Las razones que explican esta falta de acceso a medicamentos esenciales son muchas, pero una de las principales se debe a los elevados precios de los fármacos, lo que supone una barrera infranqueable para conseguirlos. Y es que un gran número de medicamentos vitales para la supervivencia de millones de personas resultan demasiado caros para la mayo ría de los habitantes de los países pobres.

Otro problema importante es la escasa inversión en investigación y desarrollo sobre las necesidades sanitarias de estos países. El 80% de la humanidad asentada en estos dispone de menos del 20% del mercado farmacéutico global. El descubrimiento y el desarrollo de medicamentos para tratar enfermedades parasitarias e infecciosas en los países pobres se han detenido casi por completo. De los 1.393 nuevos fármacos comercializa dos entre 1975 y 1999, menos del 1% iba destinado al tratamiento de enfermedades tropicales.

Además, se teme que el acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio (Adpic) eleve el precio de estos medicamentos. El incremento de la protección de la propiedad intelectual no supone un aumento en la investigación de medicamentos para enfermedades tropicales, y sin embargo, a menudo, los prohibitivos precios de algunos medicamentos son el resultado de una fuerte protección de la propiedad intelectual.

Cuando los gobiernos de los países pobres intentan rebajar el precio de los medicamentos se ven presiona dos por los países industrializados y la industria farmacéutica multinacional. Otros factores que también influyen en la disponibilidad de medicamentos son los problemas del suministro y almacenamiento, la baja calidad de los fármacos o una selección irracional de estos, así como las prescripciones innecesarias y la utilización errónea de los medicamentos prescritos.

Las industrias farmacéuticas multinacionales y los gobiernos del Primer Mundo deberían atender a las necesidades de toda la población y no sólo a las de aquellos que tienen poder adquisitivo. Queda mucho por hacer. El Foro Social Mundial de Porto Alegre es una buena ocasión para que las ONG, las asociaciones de lucha contra el sida y otros grupos de presión trabajemos unidos por el derecho a la salud.

MICHEL LOTROWSKA: Los pobres también necesitan medicamentos, La Vanguadia, 3 de febrero de 2002, p. 6

#salud

El nuevo orden económico internacional, 1974

Eleanor Roosevelt muestra la Declaracion Universal de los Derechos Humanos

«Nosotros, los Miembros de las Naciones Unidas: Habiendo convocado un período extraordinario de sesiones de la Asamblea General para estudiar por primera vez los problemas de las materias primas y el desarrollo y considerar las cuestiones económicas más importantes con que se enfrenta la comunidad internacional.

Teniendo presentes el espíritu, los propósitos y los principios de la Carta de las Naciones Unidas de promover el progreso económico y social de todos los pueblos.

Proclamamos solemnemente nuestra determinación común de trabajar con urgencia por el establecimiento de un nuevo orden económico internacional basado en la equidad, la igualdad soberana, la interdependencia, el interés común y la cooperación de todos los Estados, cualesquiera sean sus sistemas económicos y sociales, que permita corregir las desigualdades y reparar las injusticias actuales, eliminar las disparidades crecientes entre los países desarrollados y los países en desarrollo y garantizar a las generaciones presentes y futuras un desarrollo económico y social que vaya acelerándose, en la paz y la justicia, y, a ese fin, declaramos lo siguiente:

1. El logro mayor y más significativo en las últimas décadas ha sido la liberación de gran número de pueblos y naciones de la dominación colonial y extranjera, lo que les ha permitido convertirse en miembros de la comunidad de pueblos libres. También se han alcanzado progresos técnicos en todas las esferas de las actividades económicas en las tres últimas décadas, proporcionándose así una sólida posibilidad de mejorar el bienestar de todos los pueblos. Sin embargo, los últimos vestigios de la dominación extranjera y colonial, la ocupación foránea, la discriminación racial, el «apartheid» y el neocolonialismo en todas sus formas siguen contándose entre los mayores obstáculos para la plena emancipación y el progreso de los países en desarrollo y de todos los pueblos interesados. Los beneficios del progreso tecnológico no son compartidos equitativamente por todos los miembros de la comunidad internacional. Los países en desarrollo, que constituyen el 70 % de la población mundial, reciben únicamente el 30 % de los ingresos mundiales. Ha resultado imposible lograr un desarrollo uniforme y equilibrado de la comunidad internacional con el actual orden económico internacional. La disparidad entre los países desarrollados y los países en desarrollo continúa aumentando, en un mundo regido por un sistema que se estableció en una época en que la mayoría de los países en desarrollo ni siquiera existían como Estados independientes y que perpetúa la desigualdad.

2. El actual orden económico internacional está en contradicción directa con la evolución de las relaciones políticas y económicas internacionales en el mundo contemporáneo. Desde 1970, la economía mundial ha experimentado una serie de crisis graves que han tenido serias repercusiones, especialmente sobre los países en desarrollo a causa de su mayor vulnerabilidad, en general, a los impulsos económicos externos. Los países en desarrollo se han convertido en un factor poderoso que hace sentir su influencia en todas las esferas de la actividad internacional. Estos cambios irreversibles en la relación de fuerzas del mundo hacen que sea necesaria una participación activa, plena y en pie de igualdad de los países en desarrollo en la formulación y ejecución de todas las decisiones que interesan a la comunidad internacional.

3. Todos estos cambios han puesto de relieve la realidad de la interdependencia entre todos los miembros de la comunidad mundial. Los actuales acontecimientos han puesto claramente de manifiesto que los intereses de los países desarrollados y los intereses de los países en desarrollo ya no pueden quedar aislados los unos de los otros, que existe una estrecha interrelación entre la prosperidad de los países desarrollados y el crecimiento y el desarrollo de los países en desarrollo, que la prosperidad de la comunidad internacional en conjunto depende de la prosperidad de las partes que la constituyen. La cooperación internacional para el desarrollo es el objetivo compartido y deber común de todos los países. Así, pues, el bienestar político, económico y social de las generaciones presentes y futuras depende más que nunca de la cooperación entre todos los miembros de la comunidad internacional sobre la base de la igualdad soberana y la eliminación del desequilibrio que existe entre ellos.

4. El nuevo orden económico internacional debe basarse en el pleno respeto de los siguientes principios:

a) La igualdad soberana de los Estados, la libre determinación de todos los pueblos, la inadmisibilidad de la adquisición de territorios por la fuerza, la integridad territorial y la no injerencia en los asuntos internos de otros Estados

b) La más amplia cooperación entre todos los Estados miembros de la comunidad internacional, basada en la equidad y que permita eliminar las disparidades existentes en el mundo y asegurar la prosperidad de todos

c) La plena y efectiva participación, sobre una base de igualdad, de todos los países en la solución de los problemas económicos mundiales en beneficio común de todos los países, teniendo presente la necesidad de lograr el desarrollo acelerado de todos los países en desarrollo y prestando al mismo tiempo particular atención a la adopción de medidas especiales en favor de los países en desarrollo menos adelantados sin litoral e insulares, así como los países en desarrollo más gravemente afectados por las crisis económicas y los desastres naturales, sin perder de vista los intereses de los demás países en desarrollo

d) El derecho de cada país a adoptar el sistema económico y social que considere más apropiado para su propio desarrollo, sin sufrir como consecuencia de ello ninguna discriminación

e) La plena soberanía permanente de los Estados sobre sus recursos naturales y todas sus actividades económicas. A fin de salvaguardar esos recursos, todo Estado tiene derecho a ejercer un control efectivo sobre ellos y su explotación, con medios ajustados a su propia situación, incluso el derecho de nacionalización o transferencia de la propiedad a sus nacionales, siendo este derecho una expresión de la plena soberanía permanente del Estado. No se puede someter a ningún Estado a ningún tipo de coerción económica, política o de otra índole para impedir el libre y pleno ejercicio de este derecho inalienable.

f) El derecho de todos los Estados, territorios y pueblos sometidos a la ocupación extranjera, a la dominación foránea o colonial o el «apartheid» a la restitución de sus recursos naturales y a la total indemnización por la explotación, el agotamiento y el deterioro de sus recursos naturales y todos los demás recursos de esos Estados, territorios y pueblos

g) La reglamentación y supervisión de las actividades de las empresas transnacionales mediante la adopción de medidas en beneficio de la economía nacional de los países donde esas empresas realizan sus actividades, sobre la base de la plena soberanía de esos países

h) El derecho de los países en desarrollo y de los pueblos de territorios bajo domi nación colonial y racial y ocupación extranjera a lograr su liberación y recuperar el control efectivo sobre sus recursos naturales y sus actividades económicas

i) La prestación de asistencia a los países en desarrollo y a los pueblos y territorios sometidos a la dominación colonial y extranjera, la ocupación foránea, la discriminación racial o el «apartheid», o que son víctimas de medidas económicas, políticas o de cualquier otro tipo encaminadas a aplicar coerción sobre ellos con el fin de conseguir que subordinen el ejercicio de sus derechos soberanos y obtener de ellos ventajas de cualquier especie, y se hallan sometidos al neocolonialismo en todas sus formas, y que han establecido o están tratando de establecer un control efectivo sobre sus recursos naturales y actividades económicas que han estado o siguen estando bajo control extranjero

j) El establecimiento de relaciones justas y equitativas entre los precios de las materias primas, los productos primarios, los bienes manufacturados y semimanufacturados que exporten los países en desarrollo y los precios de las materias primas, los productos básicos, las manufacturas, los bienes de capital y el equipo que importen con el fin de lograr un mejoramiento continuo en su insatisfactoria relación de intercambio y la expansión de la economía mundial

k) La prestación de asistencia activa a los países en desarrollo por toda la comunidad internacional, sin condiciones políticas ni militares

l) La garantía de que uno de los principales objetivos del sistema monetario internacional reformado será promover el progreso de los países en desarrollo y asegurarles una corriente suficiente de recursos reales

m) El mejoramiento del carácter competitivo de los productos naturales que rivalizan con los productos sustitutivos sintéticos

n) El trato preferencial y sin reciprocidad a los países en desarrollo, siempre que sea factible, en todas las esferas de la cooperación económica internacional cuando ello sea posible

o) La creación de condiciones favorables para la transferencia de recursos financieros a los países en desarrollo

p) La facilitación a los países en desarrollo del acceso a los adelantos de la ciencia y la tecnología modernas, la promoción de la transmisión de tecnología y la creación de una tecnología autóctona en beneficio de los países en desarrollo, en la forma y las modalidades que convengan a su economía

q) La necesidad de que todos los Estados pongan fin al despilfarro de los recursos naturales, incluidos los productos alimenticios

r) La necesidad de que los países en desarrollo consagren todos sus recursos a la causa del desarrollo

s) El refuerzo -mediante medidas individuales y colectivas- de la cooperación económica, comercial, financiera y técnica mutua entre los países en desarrollo principalmente en forma preferencial

t) La facilitación del papel que las asociaciones de productores pueden desempeñar, dentro del marco de la cooperación internacional, y en cumplimiento de sus objetivos, entre otras cosas, la prestación de asistencia para promover el crecimiento sostenido de la economía mundial y acelerar el desarrollo de los países en desarrollo.

5. La adopción unánime de la Estrategia Internacional del Desarrollo para el Segundo Decenio de las Naciones Unidas para el Desarrollo [Resolución 2626 (XXV) de la Asamblea General] fue un paso importante en la promoción de la cooperación económica internacional sobre una base justa y equitativa. El cumplimiento acelerado de las obligaciones y compromisos contraídos por la comunidad internacional en el marco de la Estrategia, en particular los relativos a las imperiosas necesidades del desarrollo de los países en desarrollo, contribuiría considerablemente al logro de las metas y objetivos de la presente Declaración.

6. Las Naciones Unidas como organización universal deben ser capaces de hacer frente a los problemas de la cooperación económica internacional de manera amplia y de proteger por igual los intereses de todos los países. Deben desempeñar un papel aún más considerable en el establecimiento de un nuevo orden económico internacional. La Carta de derechos y deberes económicos de los Estados, para cuya preparación la presente Declaración será una fuente adicional de inspiración, constituirá una contribución importante a este respecto. Por lo tanto, se insta a todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas a que realicen los máximos esfuerzos para lograr la aplicación de la presente Declaración, que es una de las principales garantías para la creación de mejores condiciones a fin de que todos los pueblos alcancen una vida en consonancia con la dignidad humana.

7. La presente Declaración sobre el establecimiento de un nuevo orden económico internacional será una de las bases más importantes para las relaciones económicas entre todos los pueblos y todas las naciones.»

Resolución 3201. Declaración sobre el establecimiento de un nuevo orden económico Internacional, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el sexto período extraordinario de sesiones, 1 de mayo de 1974

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Conferencia Afroasiática de Bandung, 1955

Entre los días 18 y 25 de abril de 1955, convocados por Indonesia, India, Ceilán, Pakistán y Birmania, países liberados de la tutela colonial, representantes de 29 Estados de Asia y África se reunían en Bandung, dispuestos a elaborar una estrategia común, en un mundo, que cada vez con mayor claridad, aparecía como un juego de intereses entre dos grandes bloques. Representaban a 1.500 millones de seres humanos con sólo el 8% de la renta mundial. Aquella humanidad de color, contemplada desde nuestros días, ofrecía una gran heterogeneidad. Allí estaban China, representada por su primer ministro Chu En-lai; el Vietnam de Ho Chi Minh y el de Ngo Ding Diem; Filipinas, feudo norteamericano desde su guerra con España; Japón, que pronto se lanzará al milagro desarrollista; Turquía, Irán e Irak, a punto de concluir acuerdos defensivos con Gran Bretaña; Ghana, todavía con el nombre de Costa de Oro y a punto de alcanzar la independencia, junto a los únicos Estados soberanos de África, Egipto, Etiopía, Liberia y Sudán… En un mundo dividido por la guerra fría, los pueblos de Asia y África proclamaban su neutralidad, su equidistancia entre sistemas sociales que se manifestaban antagónicos y su voluntad  de mantenerse alejados de unas diferencias ajenas a sus intereses. La doctrina de Bandung, credo o Corán para los pueblos cristianizados o islamizados de África, se extendió por todos los territorios coloniales. Nasser, Sukarno, Nerhu y Nkrumah eran el espejo al que miraba una nueva generación de dirigentes.

Países participantes en Bandung

«La Conferencia Afroasiática, convocada por los gobiernos de Birmania, Ceilán, India, Indonesia y Pakistán ha tenido lugar en Bandoung del 18 al 24 de abril de 1955. Además de los países promotores, han participado en la Conferencia las siguientes naciones: Afganistán, Camboya, República Popular de China, Egipto, Etiopía, Costa de Oro, Irán, Iraq, Japón, Jordania, Laos, Líbano, Liberia, Libia, Nepal, Filipinas, Arabia Saudita, Sudán, China, Tailandia, Turquía, República Democrática del Vietnam Septentrional, Estado de Vietnam Meridional, Yemen…

La Conferencia Afroasiática ha examinado la situación de Asia y África y ha discutido los medios mediante los cuales los pueblos de los referidos continentes pueden realizar la más completa colaboración económica, cultural y política.

A) Cooperación económica

1. La Conferencia Afroasiática ha reconocido la urgencia de promover el desarrollo económico en los continentes asiático y africano. Se ha manifestado un deseo general de favorecer la cooperación económica entre los países participantes sobre la base del recíproco interés y del respeto por la soberanía nacional. Las proposiciones que conciernen a la cooperación económica entre los países participantes no excluyen el deseo y la necesidad de una cooperación con los países exteriores a la zona afroasiática, incluyendo las inversiones de capitales extranjeros. Se ha reconocido que la asistencia recibida por algunos de los países participantes en el cuadro de los acuerdos internacionales o bilaterales (asistencia procedente de estados exteriores a la zona afroasiática) ha representado una contribución notable para la realización de los programas de desarrollo de los beneficiarios.

2. Los países participantes han acordado suministrarse en el mayor gardo posible la recíproca asistencia técnica bajo la forma de: técnicos, individuos conocedores de la materia, proyectos y equipos con objeto de demostración, intercambio de información y creación de institutos nacionales y, donde sea posible, regionales para el aprendizaje y las investigaciones con el fin de cambiar las nociones técnicas y prácticas en colaboración con las entidades internacionales que existan ya anteriormente.

3. La Conferencia Afroasiática ha recomendado: la pronta institución de un fondo especial de las Naciones Unidas para el progreso económico; la asignación por parte de la Banca Internacional para la Reconstrucción y el desarrollo de una cantidad mayor de sus recursos a los países afroasiáticos.

B) Cooperación cultural

Conferencia de Bandung. Mesa presidencial

1. La Conferencia Afroasiática está convencida de que uno de los medios más potentes para promover la comprensión entre las naciones es el desarrollo de la cooperación cultural. Asia y África  han sido la cuna de grandes regiones y civilizaciones que han enriquecido a otras culturas y civilizaciones. Las culturas asiática y africana se basan sobre fundamentos espirituales y universales. Desdichadamente, los contactos culturales entre los países asiáticos y africanos han estado interrumpidos durante los siglos pasados. Los pueblos de Asia y África están ahora animados de un profundo y sincero deseo de renovar sus antiguos contactos culturales y de desarrollar nuevos contactos en el ámbito del mundo entero.

2. La Conferencia Afroasiática ha tomado nota del hecho de que al subsistir el colonialismo en muchas regiones de Asia y África, en cualquier forma que se presente, no sólo impide la cooperación cultural, sino que suprime también las culturas nacionales de los pueblos. Algunas potencias han rehusado a sus pueblos dependientes derechos fundamentales en el campo de la instrucción y de la cultura, lo cual impide el desarrollo de su personalidad y los intercambios culturales con otros pueblos asiáticos y africanos. Esto es particularmente evidente en el caso de Túnez, Argelia y Marruecos, donde ha sido suprimido el derecho fundamental de los pueblos de estudiar la lengua y la cultura comunes.

Análoga discriminación ha sido practicada contra poblaciones africanas y de color en algunas partes del continente africano. La Conferencia es de la opinión de que una similar política representa la negación de los derechos fundamentales del hombre, impide el progreso cultural en las dichas regiones e impide la cooperación cultural sobre el más vasto plano internacional.

C) Derechos del hombre y autodeterminación

1. La Conferencia Afroasiática ha declarado su pleno apoyo a los principios fundamentales de los derechos del hombre como están definidos en la Carta de las Naciones Unidas, y ha tomado nota de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre como una conquista común para todos los pueblos y todas las naciones. La Conferencia ha declarado su pleno apoyo al principio de autodeterminación de los pueblos y de las naciones como está establecido en la Carta de las Naciones Unidas y ha tomado nota de las resoluciones de las Naciones Unidas sobre el derecho de los pueblos y de las naciones a la autodeterminación, que es la condición necesaria del pleno disfrute de todos los derechos humanos fundamentales.

2. La Conferencia Afroasiática ha deplorado la política y el uso de la segregación racial y de la discriminación que constituyen la base de las relaciones entre Gobierno y ciudadanos en vastas regiones de África y en otras partes del mundo. Tal conducta no es solamente una grave violación de los derechos humanos, sino la negación de los valores fundamentales de la civilización y dignidad del hombre. La conferencia ha expresado su viva simpatía y su apoyo por la tenaz actitud acerca de las víctimas de la discriminación racial, especialmente de las poblaciones de origen africano, indio y paquistaní de Sudáfrica; se ha congratulado con todos aquellos que han sostenido su causa; ha reafirmado la decisión de los pueblos afroasiáticos de cancelar todo rastro de racismo que puede existir aún en sus países , y se ha empeñado en reservarse de su influencia moral para vigilar contra el peligro de caer víctima del mismo mal en la lucha de extirparlo…

D) Problemas relativos a los pueblos dependientes

1. La Conferencia Afroasiática, en el marco de su actitud ya expresada a propósito de la abolición del colonialismo, ha apoyado la posición de Indonesia en el caso de Iriam (Nueva Guinea Occidental), por cuanto respecta a los acuerdos relativos entre Indonesia y Países Bajos. La Conferencia Afroasíatica ha solicitado del gobierno holandés que tome de nuevo las negociaciones lo más rápidamente posible para ejecutar sus obligaciones en conformidad con los acuerdos ya mencionados y ha expresado la más sincera esperanza de que la ONU pueda asistir a las partes interesadas en la búsqueda de una solución pacífica de la disputa.

2. Acerca de la situación aún no resuelta en África Septentrional y la persistente negación a los pueblos de África Septentrional de su derecho a la autodeterminación, la Conferencia Afroasiática ha declarado que entiende apoyar los derechos de los pueblos de Argelia, Marruecos y Túnez a la autodeterminación e independencia y ha solicitado del Gobierno francés que elabore sin demora una sistematización pacífica del problema.

E) Desarrollo de la paz y la colaboración internacional

1. La Conferencia Afroasiática, considerando que muchos Estados aún no han sido admitidos en las Naciones Unidas, y considerando que en interés de la paz mundial la participación en las Naciones Unidas debe ser universal, se ha dirigido al Congreso de Seguridad con el fin de que apoye la admisión de todos aquellos Estados que según las cláusulas de la Carta están expresamente calificados para participar en ella. Según la opinión de la Conferencia Afroasiática, los siguientes países participantes: Camboya, Ceilán, Japón, Jordania, Laos, Libia, Nepal y Vietnam unificado tienen la calificación necesaria para la admisión […].

F) Declaración sobre los problemas de los pueblos dependientes

La Conferencia Afroasiática ha discutido los problemas de los pueblos dependientes y del colonialismo y los males derivados del sometimiento de los pueblos a la sujeción del extranjero, a su dominio y a su explotación. La Conferencia está de acuerdo:

1. En declarar que el colonialismo en todas sus manifestaciones es un mal al que debe ponerse rápidamente fin:

2. En declarar que la situación de los pueblos sometidos constituye una negación de los derechos fundamentales del hombre, es contraria a la Carta de las Naciones Unidas, y es un obstáculo para la consolidación de la paz y la cooperación mundiales.

3. En declarar que apoya la causa de la libertad y de la independencia de estos pueblos.

4. Y en hacer una llamada a las potencias interesadas para que acuerden la libertad y la independencia de tales pueblos».

G) Declaraciones a favor del desarrollo de la paz y cooperación mundial

[…] Todos los países deben cooperar particularmente por medio de las naciones Unidas para lograr la reducción de los armamentos y la eliminación de las armas nucleares bajo control internacional eficaz. Es de est amanera como la paz internacional puede ser asegurada y la energía nuclear utilizada exclusivamente con fines pacíficos …

Todas las naciones deben tener el derecho de escoger sus propios sistema político y económico y su propio medio de vida, de conformidad con los principios y los fines de las Naciones Unidas…

La Conferencia Afroasiática ha prestado seria atención al problema de la paz y la cooperación mundial. Libre de sospechas y de miedos y animados por la fe y la buena voluntad de una hacia otra, las naciones deberían de practicar la tolerancia y vivir juntos en paz de buenos vecinos a desarrollar una cooperación amigable sobre la base de los diez principios siguientes:

1. Respeto por los derechos fundamentales del hombre y para los fines y principios de la Carta de las Naciones Unidas.

2. Respeto por la soberanía y la integridad territorial de todas las naciones.

3. Reconocimiento de la igualdad de todas las ramas y de todas las naciones, grandes y pequeñas.

4. Abstención de intervenciones o interferencias en los asuntos internos de otros países.

5. Respeto al derecho de toda nación a defenderse por sí sola o en colaboración con otros Estados, en conformidad con la Carta de las Naciones Unidas.

6. a) Abstención de participar en acuerdos de defensa colectiva con vistas a favorecer los intereses particulares de una de las grandes potencias.

b) Abstención por parte de todo país a ejercitar presión sobre otros países.

7. Abstención de actos o de amenaza de agresión y del uso de la fuerza en los cotejos de la integridad territorial o de independencia política de cualquier país.

8. Solución de todas las divergencias internacionales con medios pacíficos, como tratados, conciliaciones, arbitraje o composición judicial, así como también con otros medios pacíficos, según la libre selección de las partes en conformidad con la Carta de las Naciones Unidas.

9. Fomento de los intereses comunes y de cooperación.

10. Respeto a la justicia y a las obligaciones internacionales…

La Conferencia Afroasiática declara su convencimiento de que una cooperación amistosa en conformidad a estos principios y desarrollo de la paz y seguridad internacionales, mientras la cooperación en el campo económico-social y cultural contribuiría a crear una común prosperidad y el bienestar de todos (…).»

Conferencia Afroasiática de Bandung. Comunicado final, 24 de abril de 1955.

#bandung

La voz comunista en la Conferencia de Bandung, 1955

Estimados Presidente y Representantes:

Zhou Enlai se dirige a la Conferencia de Bandung, Abril de 1955

Entre ustedes se ha distribuido la versión escrita de mi discurso principal. Tras haber escuchado los discursos de numerosos jefes de delegaciones, quisiera añadir algo.

La delegación china ha acudido a esta conferencia en busca de la unidad, no con el afán de promover disputas. Los comunistas nunca renunciamos a manifestar nuestra convicción de que el comunismo y el socialismo son sistemas adecuados. Pero el fin de esta conferencia no es difundir las ideologías personales ni los sistemas políticos de las diferentes naciones, aunque es evidente que entre nosotros existen diferencias.

La delegación china no ha venido aquí a poner de relieve esas diferencias, sino a buscar puntos en común. ¿Hay una base para la búsqueda de puntos comunes entre nosotros? Por supuesto que sí. Esa base la forman los sufrimientos y la amargura que en la edad moderna han padecido y siguen padeciendo la mayoría de los países siáticos y africanos sometidos al colonialismo. Esto es algo reconocido por todo el mundo. Si en vez de fomentar entre nosotros el recelo, el temor, el rechazo o el antagonismo nos basamos en el terreno común que nos brinda el deseo de liberar a las naciones de los sufrimientos y penalidades infligidas por el colonialismo, podremos conocernos mejor, respetarnos más, ser más solidarios unos con otros y ofrecernos mutuamente mayor apoyo. Esto es así porque, en lugar de formular nuevas propuestas, estamos de acuerdo con los cuatro objetivos de la conferencia Asia-África fijados durante la reunión que los primeros ministros de cinco países celebraron en Bogor.

En cuanto a la tensa situación en el estrecho de Taiwán provocada por los EE.UU., habríamos podido elaborar una propuesta similar a la de la Unión Soviética en la que se solicitara la convocatoria de una conferencia internacional y pedir que dicha propuesta fuera discutida en la presente conferencia. El deseo del Ejército Popular de Liberación de liberar Taiwán y las islas costeras que forman parte del territorio chino está plenamente justificado. En este asunto interno vinculado con el ejercicio de la soberanía nacional contamos con el apoyo de mucho

Sukarno, junto a Zhou Enlai, Conferencia de Bandung, 1955

s países. También habríamos podido presentar una propuesta sobre el reconocimiento y la recuperación del legítimo puesto que le corresponde a la República Popular China en la ONU. La reunión de los cinco primeros ministros celebrada el año pasado en Bogor, y otros países de Asia y África declararon que estaban a favor de que se devolviera su escaño en la ONU a la República Popular China. También habríamos podido criticar el injusto tratamiento que nuestro país recibe en dicha organización. Pero no hemos hecho nada de todo esto, ya que de lo contrario la conferencia habría estado plagada de discusiones y no se habría adoptado ninguna resolución.

En esta conferencia, hemos de buscar un terreno común, dejar nuestras diferencias a un lado y confirmar los deseos y exigencias que compartimos. Esta es nuestra principal tarea. No exigimos a los demás que abandonen sus opiniones, puesto que reflejan las diferencias. Pero eso no tiene por que convertirse en un obstáculo para el logro de un consenso en los principales temas. Tenemos que conocernos y respetar las diferentes opiniones partiendo del terreno común.

No voy hablarles de las distintas ideologías ni de los distintos sistemas sociales. Hemos de reconocer que en los países asiáticos y africanos se siguen ideologías y sistemas sociales diferentes, lo cual, sin embargo, no debe obstaculizar nuestra búsqueda de puntos comunes ni nuestra unidad. Terminada la Segunda Guerra Mundial, en Asia y África surgieron muchos países independientes, unos comunistas y otros nacionalistas. Los comunistas son menos numerosos. Pero hay quienes no ven con buenos ojos que China, con una población de 600 millones de habitantes, haya elegido el sistema socialista defendido por el Partido Comunista de China y se haya liberado del yugo imperialista.

Otros muchos país asiáticos y africanos, entre ellos la India, Birmania, Indonesia y otros países de Asia y Africa, son gobernados por los nacionalistas. Tanto los países dirigidos por comunistas como los dirigidos por nacionalistas se establecieron tras liberarse del colonialismo y siguen luchando por que su independencia sea total. ¿Por qué no podemos conocernos mejor, respetarnos más y ofrecernos unos a otros solidaridad y apoyo?

A continuación, quisiera referirme brevemente a la libertad religiosa, derecho que se ha convertido en un principio común admitido por los países en la época contemporánea. Los comunistas somos ateos, pero respetamos a quienes profesan creencias religiosas. A cambio, esperamos que quienes tienen estas creencias respeten a quienes no las tienen. En China se reconoce la libertad de profesar las ideas religiosas y de practicar el culto que se desee. Aparte de siete millones de comunistas, en nuestro país hay decenas de millones de musulmanes y budistas, así como millones de cristianos católicos y protestantes. Entre los miembros de nuestra delegación hay un imán. Esta diversidad no afecta en absoluto a la unidad interna de nuestro país. ¿Por qué en la gran familia formada por los países de Asia y África no podría llegarse a la unidad entre los creyentes y los no creyentes? La provocación de conflictos religiosos ha quedado relegada al pasado y quienes los suscitaron en beneficio propio ya no se encuentran entre nosotros.

La tercera cuestión que deseo abordar es la de las llamadas actividades subversivas. El pueblo chino ha luchado contra el colonialismo a lo largo de más de un siglo. En un arduo proceso que se prolongó unas tres décadas, la lucha revolucionaria nacional y democrática librada por el Partido Comunista de China culminó finalmente con la victoria. Tras los innumerables sufrimientos padecidos bajo el imperialismo, el feudalismo y el gobierno de Jiang Jieshi, el pueblo chino eligió el sistema nacional y el gobierno actuales. El triunfo de la revolución china se cimentó no en la intervención de fuerzas extranjeras, sino en el poder de las masas. Este es un hecho que no pueden negar ni siquiera quienes se muestran disgustados por la victoria de la revolución china. Un viejo proverbio chino dice: «No hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti». Dado que nos oponemos a la injerencias extranjeras, ¿cómo vamos a interferir en los asuntos internos de otros países? Se ha dicho que los más de diez millones de chinos con doble nacionalidad residentes en el extranjero llevan a cabo actividades subversivas. Pero lo cierto es que la doble nacionalidad de los chinos del ultramar es un problema legado por la antigua China. Y no hay que olvidar que es Jiang Jieshi quien sigue valiéndose de un número insignificante de chinos del ultramar para llevar a cabo actividades subversivas en algunos países.

El gobierno popular de la nueva China está dispuesto a colaborar con los países afectados para resolver el problema de la doble nacionalidad de los chinos de ultramar. También se ha dicho que la región autónoma china habitada por la etnia tai supone una amenaza. Las decenas de etnias establecidas en el territorio chino representan una población de más de 40 millones habitantes. En nuestro país viven aproximadamente diez millones de tai y otros tantos zhuang, lo que nos parece razón suficiente para concederles autonomía. Las regiones autónomas de las etnias chinas son parecidas a la que la etnia dan tiene en Birmania. ¿Cómo es posible que la existencia de regiones autónomas para las etnias dentro del territorio chino se considere una amenaza para los países vecinos? Sobre la base de los Cinco Principios de Coexistencia Pacífica, estamos dispuestos a normalizar nuestras relaciones con los países de Asia, de África y del resto del mundo, pero sobre todo con nuestros vecinos. De hecho, el problema no radica en que China quiera subvertir otros gobiernos, sino en que hay quienes establecen avanzadillas en los alrededores de China para subvertir nuestro gobierno. Por ejemplo, en la frontera sino-birmana sigue habiendo militares de Jiang Jieshi que realizan actividades de sabotaje en uno y otro país. Teniendo en cuenta la tradicional amistad que une a China y Birmania, y el respeto mutuo por nuestra soberanía, estamos seguros de que el gobierno birmano resolverá este problema.

El pueblo chino eligió su propio sistema de gobierno y lo apoya; China reconoce la libertad religiosa; y China no tiene intención alguna de subvertir los gobiernos vecinos. Antes al contrario, nuestro país está siendo el blanco de las actividades subversivas instigadas abiertamente por el gobierno de los EE.UU. Si no me creen, pueden ir personalmente o mandar alguien a nuestro país para comprobarlo. Pero comprendemos que quienes desconocen estos hechos alberguen sospechas al respecto. Como afirma un dicho chino, ver algo uno mismo una sola vez es mucho más revelador que escuchar centenares de descripciones. Damos la bienvenida a todos los participantes en esta conferencia que deseen visitar nuestro país en cualquier momento. No hemos levantado ningún telón de bambú, pero hay quienes tratan de propagar una niebla tóxica entre nosotros.

1600 millones de asiáticos y de africanos esperan que esta conferencia sea un éxito. Todos los países y pueblos del mundo amantes de la paz esperan que la celebración de esta conferencia contribuya a la ampliación de la esfera de la paz y al establecimiento de la paz colectiva. ¡Llamo a los países asiáticos y africanos a unirse y a esforzarse por el éxito de la Conferencia Afroasiática!

Zhou Enlai, Discurso complementario pronunciado el 19 de abril de 1955, en la Conferencia Afroasiática de países no-alineados realizada en Bandung, Indonesia.

Fuente: Versión dígital en castellano: China Radio International (CRI), 2006. Esta edición: Marxists Internet Archive, mayo de 2007.

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