Frederick Winslow Taylor
«En ese taller de máquinas-herramienta, la casi totalidad del trabajo se pagaba por piezas. El taller funcionaba noche y día, cinco noches y seis días por semana. Había dos equipos de obreros, uno nocturno y uno diurno. Nosotros, los obreros, habíamos convenido cuidadosamente entre nosotros la producción diaria que debía hacerse en todos los trabajos del taller. Limitábamos nuestra producción a una tercera parte, aproximadamente, de lo que hubiéramos podido hacer fácilmente. Creíamos estar justificados para actuar así a causa del sistema de pago por pieza.
Cuando me convertí en jefe de equipo, los obreros que estaban a mis órdenes y que, naturalmente, sabían que yo estaba al corriente del juego de la limitación deliberada de la producción y de la holgazanería sistemática, vinieron a verme inmediatamente para decirme: “Ahora, Fred, no va a convertirse usted en uno de esos condenados perros guardianes, ¿verdad?” Les respondí:
“Sí queréis decirme que teméis que intente que los turnos produzcan más que antes, pues bueno, tenéis razón. Me propongo que produzcan más. Recordad que, cuando trabajaba con vosotros, me comporté como un buen compañero. Nunca superé una sola cadencia de las convenidas. Pero, ahora, estoy al otro lado de la barricada. He aceptado un puesto en el equipo directivo de la compañía y debo deciros con toda franqueza que intentaré obtener una mayor producción”.Me respondieron: “Pues va a convertirse usted en uno más de esos condenados cochinos”.
Taylor lo convirtió, por otra parte, en un elemento clave de su diagnóstico:
“Holgazanear, es decir trabajar lentamente de modo deliberado para evitar cumplir una jornada normal de trabajo, ‘actuar como un soldado’, como decirnos nosotros , ‘vivir bien’, como dicen en Inglaterra o en Escocia, es un modo universal de actuación en los establecimientos industriales, y es también un comportamiento muy frecuente entre los obreros de la construcción. El autor afirma, sin temor a que le desmientan, que esta holgazanería constituye el más agudo de los males que afectan a los obreros de Inglaterra y de América”.
El mismo Taylor explicaba las etapas para poner en funcionamiento su nueva organización científica del trabajo:
- “1) Hallar de diez a quince obreros (si es posible en distintas empresas y de distintas regiones) que sean particularmente hábiles en la ejecución del trabajo a analizar.
- 2) Definir la serie exacta de movimientos elementales que cada uno de estos obreros lleva a cabo para ejecutar el trabajo analizado, así como los útiles y materiales que emplean.
- 3) Determinar con un cronómetro el tiempo necesario para realizar cada uno de estos movimientos elementales y elegir el modo más simple de ejecución.
- 4) Eliminar todos los movimientos mal concebidos, los lentos o inútiles.
- 5) Tras haber suprimido así todos los movimientos inútiles, reunir en una secuencia los movimientos más rápidos y los que mejor permiten emplear los mejores materiales y útiles”».
Taylor, Frederick Winslow: Principles of Scientific Management, 1911. Citado por Beaud M.: Historia del capitalismo de 1500 a nuestros días, Ed. Ariel, Barcelona, 1984, pp. 177-185.
«Debido a que en todos los oficios los trabajadores han aprendido los detalles de su trabajo mediante la observación de lo que les rodea, existen muchas formas diferentes de hacer la misma cosa -quizá cuarenta, cincuenta o cine- y por la misma razón se usa una gran variedad de herramientas para cada tipo de trabajo. Ahora bien, entre los diversos métodos y herramientas utilizados para cada operación de un determinado trabajo hay siempre un método y una herramienta que son más rápidos y mejores que cualquier otro. Pero ese medio y esta herramienta sólo pueden ser descubiertos o elaborados a través de un estudio y análisis científico de todos los métodos y herramientas en uso, junto con un estudio preciso y minucioso de movimientos y tiempos. Todo ello implica la gradual sustitución del empirismo por la ciencia en toda la industria.
Quizá el elemento más importante del management científico sea la idea de tarea. El trabajo de cada obrero está completamente planeado por el management con un día de antelación, por lo menos, y cada obrero recibe, en la mayoría de los casos, instrucciones completas por escrito que describen en detalle la tarea que debe realizar, así como los medios a utilizar para llevarla a cabo. El trabajo preparado de este modo con antelación, constituye una “tarea” que debe efectuarse […], no por el trabajador solo, sino por el esfuerzo conjugado del trabajador y del management. La descripción de la tarea específica, incluye no sólo lo que debe hacerse, sino cómo debe hacerse y el tiempo en que debe hacerse. Y siempre que el trabajador logra hacer su tarea correctamente y dentro del límite especificado, recibe un incremento de su salario ordinario que oscila entre el 30 y el 100 por 100. Estas tareas se planean cuidadosamente, de forma que se requiere un trabajo rápido y esmerado para cumplirlas, pero debe quedar perfectamente claro que en ningún caso se exige al trabajador un ritmo de trabajo que pudiera ser perjudicial para su salud».
Frederick Winslow Taylor: Management científico, 1911.
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